El rediseño de imagen es algo muy delicado, te enfrentas siempre a 3 opciones:
-Retocar o Actualizar.
-Cambiarlo Totalmente.
-No Hacer Nada con el logo.
En cada opción el criterio de poner en primer plano los intereses y visión de la marca sobre cualquier opinión de gusto personal.
En este caso particular tenían 2 factores con mucho peso: Composición muy reconocida (Signos) y la necesidad de nuevos servicios complementarios. De ahí el concepto de jugar con los engranes y el posicionamiento. Las piezas gráficas unificadas en un discurso visual que se enrola con la nueva visión de la marca.